Dios es justo. El es la justicia! Sus seguidores deberíamos hacer el esfuerzo en imitarlo.
En lo personal a mi me molesta que nos pasamos mucho tiempo teorizando sobre Dios y diciendole a quienes suponemos que no le conocen, lo maravilloso que El es (y vaya que SI lo es) y como cambió nuestras vidas. Resulta que a menudo esos cambios en nosotros no incluyen la justicia de Dios.
Así las cosas somos como los incrédulos o peor; nos da trabajo ser justos.
Reclamamos justicia para nuestra causa, pero no somos justos con aquellos que están a nuestro lado.
¿Qué tal pagar lo justo?
¿Qué tal reconocer a cada uno sus méritos?
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