Hace unos días vi la película Sin Nombre; es un drama que retrata el viaje de los inmigrantes centroamericanos hacía USA, atravesando las fronteras sur y norte de México. Particularmente es un viaje que emprenden miembros de una familia buscando un futuro mejor. Su drama se mezcla con la dura realidad de las maras que de acuerdo a la película operan en esos empobrecidos pueblos de Chiapas. Un miembro de una de estas agrupaciones se ve forzado a salir de la misma en una coyuntura particularmente aleccionadora. Después de ahí su destino se cruzaría con una chica que viaja con su padre y su tío. Pinceladas de amor, solidaridad, de confianza, de respeto y de redención se conjugan en la película. Es una historia hermosa, sin dudas. Sobre todo para enseñarnos que en todo lo feo hay algo bello que no queremos ver. Los tipos más rudos son capaces de sentir el amor y aún mostrarlo. Ellos también pueden sentirse desarmados cuando les manisfetamos amor. Imagínate lo que puede ocurrir si dejas que Dios les ame a través de ti.
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